Cristina Wargon Reportaje en Perfil

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Cristina Wargon Reeditó Tres de sus Libros (Y Prepara uno Nuevo)

Cristina Wargon Reportaje en Perfil

Cristina Wargon Reportaje en Perfil

Domingo 31 diciembre, 2017

(fuente www.perfil.com)

El evento tuvo lugar ayer sábado en Rubén Libros. Radicada en Buenos Aires, vuelve a publicar de la mano de Pampia grupo editor.

El Descabellado Oficio de Ser Mujer, Oíd Mujeres el Grito Sagrado y Mujeres por la Mitad de la Vida, son los libros que verán la luz nuevamente tras varios años de estar agotados.

“Son libros de la década de los ’90. Todos fueron bestsellers que pasaron por varias editoriales pero ya en el 2000 no se conseguían. Me parecía una locura haber trabajado 40 años para que todo se perdiera, entonces agarré viaje con esta editorial, Pampia, con la que estoy reeditando tres de ellos”, sintetiza wargon. En un país en el que la industria editorial no está al margen de la crisis (“lo que no sea prescindible no se compra”, dirá la escritora), Wargon apuesta a poner nuevamente en los estantes de las librerías sus ejemplares: “En contra de todas las recomendaciones económicas yo vengo con mis libros, en una apuesta desde el humor porque con mis libros te reís. También escribo mayoritariamente de mujeres. ¿Por qué? Porque no nací pingüino”, dice, entre risas.

Cristina Wargon Reportaje en Perfil (I)

—¿Se puede hacer humor con todo?

—Depende de cada humorista. Yo no hago bromas ni sobre el holocausto ni sobre los desaparecidos. Ese es mi límite. No es una crítica sino lo que a mí me pasa. Woody Allen decía que el humor es tragedia más tiempo. Y yo comparto esa definición.

Tras la reedición de estos tres libros, Wargon editará con raíz de dos un nuevo libro: Mujeres de Taco Bajo.

“Creo que, sin proponérmelo, cada libro va reflejando con mucha claridad etapas de mi vida: Desde tener a los chicos pequeños, luego adolescentes, hasta que llegamos a Mujeres por la Mitad de la Vida donde los temas pasan por hablar de los nietos y de otras realidades”.

—¿Por qué el nombre del libro?

—Tengo un dicho muy jodido que dice que la mujer que se baja de los tacos se baja de la juventud. Cuando sos joven no te importa nada pero cuando llegás a cierta edad te bajás de los tacos, sino sos una inconsciente.

El libro, cuya primera versión ya está en manos de la editorial, verá la luz a fin de año.

—¿Cómo te llevás con la finitud de la vida?

—Morirse me parece un despropósito. Me da bronca, morirse es claudicar aunque supongo que en algún momento me voy a tener que morir. Borges decía que todo hombre corre el peligro de ser el primer inmortal. El problema de la finitud de la vida no es tanto que la vida se acabe si no la forma en que se acabe. Yo quiero pasarla bien, divertirme, publicar libros, viajar. La muerte es todavía un rumor.

Feminismo vs. Fundamentalismo 

“Una vez un editor me pidió suavizar una broma porque no era políticamente correcta y me puse a corregir; pero después me pregunté ¿Qué estoy haciendo?, yo he padecido la censura de los militares, de los varones. Me siento identificada con un movimiento que si no lucha por la libertad y está dispuesto a aplicar la misma censura de aquellos que nos censuraron, pierde sentido toda la lucha.

Una debe diferenciarse del enemigo para saber por qué se lucha. Hay grupos que son minoritarios y no representan a todas las mujeres. Las mujeres en general responden a otro tipo de códigos que no son tan intolerantes como esos. También creo que hay un desconcierto propio de la época y estoy convencida que el movimiento feminista no tiene vuelta atrás. Las mujeres hemos dado grandes pasos y de esos pasos no se vuelve. Pero nos falta muchísimo, porque cuando me quiero ilusionar me acuerdo que el poder económico todavía pasa por los varones”.

—¿Cómo te llevás con esa categoría de mito que tenés?

—No intento desarmarlo, cuando un mito se enfrenta con la historia, siempre puede el mito. Y ahora estoy de vuelta en Córdoba, viajo mucho a Buenos Aires, pero nunca se sabe dónde me vas a encontrar porque mi vida es un misterio, como tampoco se sabe dónde nací o cuántos años tengo porque una mujer que es capaz de decir su edad es capaz de cualquier cosa. Eso lo decía Oscar Wilde.

—¿Y la decisión de volver siempre estuvo latente?

—Cada vez que alguien me preguntaba cuándo me iba a volver a vivir a Córdoba, respondía cuando me ofrezcan algún trabajo, porque por eso me fui. En ese momento colaboraba para la revista Humor. No me daban bola. Cuando llegué a Buenos Aires, me preguntaron “¿hace mucho que llegaste al país?”. Venía con una carrera hecha, mil años de radio. Acá no existimos los cordobeses, es otro país, son unos hijos de puta los porteños. ¿Viste que los cordobeses nos levantamos a la mañana y si alguien nos dice Buenos Aires, tenemos algo malo para decir? Ellos no se toman ese trabajo.

Cristina Wargon Reportaje en Perfil (II)

—¿Cómo terminaste en el humor formándote en un lugar tan solemne como es la Escuela de Letras de la UNC?

—He tenido dobles vidas. Creo, como decía Wilde, que la universidad interrumpió mis estudios. La hice por mi amor por la literatura, pero nunca esperé nada. En ese momento, empecé a escribir para la revista Hortensia porque no soy una escritora seria, no me sale, no me da el talento. No te olvides que hay dos Córdobas: la de antes del Golpe y la de después, que fue el momento de rajar. Y en la época previa, todo florecía. Entre otras cosas, una revista como Hortensia, que fue un boom en el país y quedó en la historia. Y durante la dictadura, a Córdoba en particular le dieron de manera salvaje.

—Hoy el humor hecho por mujeres está más legitimado, y en general hacia los humoristas hay una mirada más respetuosa. A ustedes les tocó abrir un camino, ¿cómo enfrentaste ese choque con el machismo y con la subestimación?

—Con humor. Mi segundo libro, “De mujeres, varones y otros percances”, es de batalla. Si fuera un tipo, me ahorco leyéndolo. Pero la escritura siempre te mediatiza. Me llegaban comentarios de notas que causaron mucho revuelo como, por ejemplo, “Por qué engañan las mujeres”. Entonces, que me ataquen por feminista no me pasó, sí en Facebook de vez en cuando me ligo una puteada, pero mi generación está hecha carne en eso. Hoy a una chica si le tocan el culo, mete una denuncia. A nosotras, cuando nos pasaba, encima teníamos que cuidarnos de que no se enterara el tipo con el que estábamos porque se armaba. Eran técnicas de supervivencia. No tuve problemas con el machismo, salvo el tema de vivir en una sociedad machista.

Cristina Wargon Reportaje en Perfil (III)

—¿Sería posible una Wargon para millennials?, ¿Te sentís conectada con las nuevas generaciones?

—Creo que soy una mujer de tres siglos, porque a través de mi mamá y mi cuñada recibí mucho del conocimiento de las mujeres del siglo XIX: sé hacer una mazamorra, zurcir y una serie de artes que ya no existen. Nací a mediados del siglo XX, y me lo “comí”, hice todo lo que pude. Y el XXI me agarra peleando con el Facebook, por supuesto, tratando de incorporarme con cierta lentitud. Los sistemas son maravillosos, operativos, y me superan, pero todo eso hay que cargarlo de contenido e inteligencia, y para pensar no tenés que saber manejar el Snapchat.

—En ese sentido, en Facebook tenés un hilo conductor en tus posteos que llamás “Filosofía Olla”, ¿cuáles son las bases?

—Es una cargada y una manera de ver la vida. En general, lo hago con humor en base a reflexiones, pequeños dichos, observaciones. Y si hay algo que me agradecen es el humor porque, como decía Freud, el humor es el único placer que podemos experimentar sin culpas. Y yo le agrego que si comés mucho, te empachás, si cogés mucho, te metés en un lío pero cuando te reís, te alivias, por eso la gente quiere a los humoristas.

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