Visitas: 132
El DNI no Miente
Tribulaciones Lamentos y Ocaso de un Corte de Pelo
Si ustedes tienen una amiga rubia, joven, preciosa, inteligente, probadamente bondadosa en las lides de la amistad y un buen día les dice “ necesitarías un corte de pelo”, no lo dude: tome un tramontina y cláveselo en el corazón.
Si, llevada por el cariño y la multitud de sus virtudes, se deja seducir. Se lo va a querer clavar usted misma. Sirva esta nota como alerta gratuita.
Tengo mi nuevo documento en la mano, desde que ocurrió el pelicidio traté de evitar, espejos y hacer oídos sordos a las voces que me decían por puro compromiso “que divino corte”. Yo sabía que algo horrible me había pasado, pero recién me enfrento con la foto que quedará en mi prontuario. Estoy buscando veneno para cucarachas para prepararme un trago.
Tribulaciones Lamentos y Ocaso de un Corte de Pelo
No se trata que las fotos de antes (he perdido DNI a raudales) fueran condescendientes, en las mejores aparezco ruluda con cara de hippy setentista estragada por el vicio y en la peores mi expresión vira a asesina serial siempre rulosa. Hoy desde la nueva foto me mira una señora con una cara redonda de torta alemana, ojitos tibios, pelo a las orejas y lo que me resulta repugnante y ajeno, un aire a abuela bondadosa que me humilla. Desconfío de las bondades evidentes.
Recién descubro el aprecio que me tenía antes, con ese aire trasnochado que sugería alcohol o heroína descontrolada. Una persona impresentable como abuela, incómoda como madre pero maravillosa amiga de cuanto artista desmedicado anduviese suelto… Todo se fue con ese corte de pelo. Lo supe mientras mis rulos caían sobre el piso de la peluquería y sentía en la nuca el frío de los mosaicos. Nunca volveré a ser yo y sé que en el futuro me aguarda esa señora del documento que de solo mirarla me hace llorar de aburrimiento.
Si alguna vez me vuelve a crecer, juro antes mis dioses que haré una fiesta descontrolada… pero es vano porque ya seré tan viejita que no podré disfrutarla,