Staff Ad Hores XII

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STAFF AD HORES XII

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Internas de la redacción

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Celebramos nuestro primer aniversario. O doce números, lo que ocurra primero.

Reunir la tropa no resultó tarea sencilla a pesar de encontrarnos todos en Córdoba. En primer lugar debido a las copiosas libaciones proporcionadas por Gabriela. En segundo término porque no encontramos ningún gaucho especializado en reunir un staff.

Una vez reunidos La Directora nos habló, empuñando un megáfono, desde las alturas del Monumento al Indio Bamba. Eso nos conmovió profundamente. No entendíamos cómo carajos había logrado subir. Más tarde supimos que lo logró montada en un globo aerostático. Nos informó que el festejo se realizaría en el Luna Park y debido a eso tiraríamos la casa por la ventana. Filípides, siempre listo, ofreció su propia vivienda para la tarea. El resultado fue estrepitoso.

El ruido que hizo el hogar del gaucho, cuesta abajo en la rodada, atrajo la atención de vecinos, empleados comunales y de las distintas fuerzas de seguridad de la provincia. Alcanzamos a rajar en tiempo y forma, menos Moni, que estaba dormida. Le otorgaron domiciliaria en nombre de todos. Hasta 2035.

De todas maneras, a cada integrante de la redacción se lo forzó a dar un testimonio espontáneo en un documental titulado “Que Los Cumplas Feliz Ma Non Troppo”, unánimemente abucheado en cines y redes sociales. A continuación, los detalles del backstage.

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Staff Humor a la Wargon

Cristina Wargon

Directora

Encontramos a La Directora en una casa de ortopedia. Revisaba la última moda en andadores. Salimos de la cartera, de la cajita metálica en donde porta sus drogas. Ni se inmutó. Le preguntamos por la fiesta de aniversario.

 “Recuerdo claramente la última fiesta a la que asistí. Fue el 9 de Julio, bailábamos el pericón y comíamos empanadas y pasteles. Viajé en un carruaje de alquiler que me llevó a Mariano Moreno 1810. Con Mariano Moreno en 1810”.

 

Ricardo Zárate Staff Ad Hores Humor a la Wargon

Ricardo Zárate

Secretarío de Redacción

Sorprendimos al secretario de redacción cuando se disponía a sus abluciones matinales. Vernos salir del botiquín del baño lo impactó profundamente. De todos modos se dispuso a brindarnos un breve comentario sobre la salida del número doce.

“Cómo que doce números? No sé contar muchachos. Pero hace rato que sale, ¿no? National Geographic. ¿Cuál de humor? ¿La de Cristina? No sé, no la leo”.

Lo linchamos, desde luego.

 

Liz Marino Staff Ad Hores Humor a la Wargon

Liz Marino

Divagaciones y Tocs

Emboscamos a Liz en la cancha de Boca, mientras alentaba junto con los otros miembros de la 12 contra el Paris Saint Germain. Ante lo soez de sus cánticos nos sentimos impelidos a disculparnos con el embajador francés. Le pedimos luego que nos detalle sus impresiones del doceavo número de la revista.

“No me sale nada. Estoy preparando de todos modos un texto para el número 24. Al mismo tiempo estoy trabajando un guión para Woody Allen. Me resulta muy dificultoso. No entiendo ni jota de inglés. Pero no cejo, insisto, corrijo, corrijo, corrijo, corrijo, corrijo, corrijo. Pero no me sale nada. No me sale nada. No me sale nada”.

Cirulaxia, sugirió el Vikingo. Liz lo abofeteó. Y nos acusó de ser gallinas.

 

Lidia Poggio

Lidia Poggio

Rockstar

Continuamos el rodaje del documental con las declaraciones de Lidia. La interceptamos en el interior de un Uber.  Éramos once. El chofer protestó indignado. Alegó que trece era de mala suerte. Lamentablemente íbamos a 110 por el Acceso Norte y Leo se lastimó bastante cuando Lidia lo eligió de víctima propiciatoria y lo aventó del auto. Mientras tanto continuaba engatusando al chofer.

“No les creas querido. No me llamo Lidia. Soy La Bastonera. Sí, estoy por cumplir 31 añitos. Hablando de números, ¿No tendrías 16 centímetros para mí? Dejame comprobar. Upa… Papito”.

En ese momento el conductor perdió el control del vehículo y terminamos desparramados por el asfalto. Lidia llamó un taxi y desapareció con el magullado chofer. Los demás terminamos presos o internados. O ambas cosas.

 

Leonardo Silveira

Leonardo Silveira

Videoteces

A Leonardo se lo notó claramente sorprendido cuando nos encontró en su lecho nupcial. “Hablá o te hacemos al espiedo” le dijimos. He aquí su espontáneo testimonio.

“Ahora que la revista cumplió un año, no salgo a la calle sin mis gafas de sol. No porque me sienta una celebridad, no, no, lo hago porque sigo con los ojos negros luego de la paliza semanal que me da Lidia cada vez que me confunde con el remisero/chongo que la deja siempre plantada.
Se que podría mejorar mi escritura, pero escribir con los dedos entablillados es muy difícil y ni hablar que la prepaga ya no me quiere atender si no hago la denuncia por violencia de género. Les digo que si se entera Lidia, realmente se va a poner violenta conmigo. La que me queda es esperar que la nueva droga, ¡Pará Loco! la cubra PAMI o convencerme que, a su manera, Lidia lo hace por mi bien. No sé, el tiempo y mi desconcertado psiquiatra lo dirán”.

 

Mónica Gervasoni Staff Ad Hores Humor a la Wargon

Mónica Gervasoni

La Infatigable

A Moni la encontramos durmiendo en la biblioteca. Nos pareció la mar de chistoso despertarla haciendo sonar a todo volumen un trombón al oído.

“No me hagan esas cosas chicos. Me paso horas puliendo mentalmente lo que escribo. Además, cuando logro enviarle un texto a La Directora, ella lo critica porque me falta autocrítica, pero me critico y se lo envío de regreso y vuelve apuñalado de correcciones, pero yo resisto. En cada colchón, en cada hamaca paraguaya, en cada sillón. Así que de acá me voy al festejo”.

A continuación nos vimos empujados por los empleados de la Biblioteca Nacional escaleras abajo. Al parecer no apreciaron nuestro quinteto de bronces.

 

Gabriel Steinberg

Gabriel Steinberg

Con o sin Cuero

Asaltamos a Gabriel en la cocina tras una breve espera en el horno.

“Un año ya que venimos escribiendo, a veces a tiempo, a veces sobre la hora. ¿Es necesario que La Directora, a través de sus secuaces me haga llegar amenazas? En el número 3 me mandó a La Gaby, cordobesa amante del fernet y cuartetera, quien sugirió que si no entregaba a tiempo, se me iba a quitar mi cargo de asador del equipo. Esa misma noche le mandé todo el material que le debía. No contenta con eso dos o tres números más adelante, aunque faltaban todavía doce horas para el cierre, me mandó a llamar por Liz, abogada la piba, lo que ya sonaba intimidatorio en sí mismo, me recordó los vínculos de la Directora con el judaísmo y deslizó que si fuese necesario movería sus influencias para difamar mis kniches dentro de la colectividad.

Pero la gota que rebalsó el vaso fue el día que se comunicó con la dirigencia de Independiente pidiendo que me aplicaran el Derecho de Admisión a cualquier evento deportivo si no le hacía llegar el cuento que le había prometido. No solo consiguió mis escritos en tiempo y forma, sino que para limpiar mi nombre, me puse mi atuendo del Rojo, invité a dos rabinos a casa, los esperé con un par de kniches y un chivo asado. Obviamente, para evitar complicaciones, el chivo fue religiosamente circuncidado antes de recostarse sobre la parrilla”.

 

Filípides de las Casas Staff Ad Hores Humor a la Wargon

Filípides de las Casas

Por-te-ño

Nos costó encontrar a Filípides y llevarlo a Buenos Aires sin que se diera cuenta. Más dificultoso nos resultó que bebiera la copa del brindis. No bebo nunca, piso un corcho y me pierdo, nos dijo. Las consecuencias de esa acción quedaron registradas en el documental.

“Estoy emocionado. Esta fiesta me hace recordar a los happennigs de los sesenta en el Di Tella. ¿Usted sabe que tuve sexo cubista con la Minujim? La puta madre, ¿quién se llevó mi jarra loca? Tengo sed y acá no se consigue nada que pegue bien. Mirame la pilcha. Con este traje de granadero robo con las chicas del staff. ¡Chicas, chicas, llegó el sátiro de PAMI!”

 

Gabriela Martínez Staff Ad Hores Humor a la Wargon

Gabriela Martínez

Cor-do-be-sa

Con un comando mixto, mitad de la redacción, mitad de la brava de Taiere, abordamos a Gabriela. Logramos ponerla sobria frente a la cámara para brindar su testimonio. Transcribimos sus palabras.

“Con un préstamo muy inconveniente de 72 cuotas a una tasa anual de 225% adquirí un burro diezmado en Traslasierra cuya oferta incluía un canasto con media docena de pastelitos de batata. Yo era feliz. Cierto día me sorprendió La Directora, quien bajando el vidrio polarizado de su auto negro, me pidió un ramo de peperina a la vez que me dijo: “Me enteré que en la Muni eras la mejor escribiendo REGRESO EN 15 y por eso te  necesito en mi equipo”. Ya hace un año que colaboro en la revista Humor a la Wargon. ¿Que si me arrepiento? ¡No! Los ingresos me sirven para vivir con lujos y en un jet lag constante. Ahora he vuelto al país para participar del festejo en el Luna Park  y firmar el 08 del burro que había dejado pendiente”.

 

Pablo Colombo Staff Ad Hores V Humor a la Wargon

Pablo Colombo

Biología y Fermentación Etílica

Salimos de una placa de cultivo de virus de viruela para asaltar a Pablo, que estaba cenando a la luz de las velas con la oveja Dolly en su laboratorio. Le exigimos que prestara testimonio de su experiencia de su primer año como columnista.

“Wargon, sonido que evoca a Aristóteles en su tratado sobre la épica. Lo cual me traslada mentalmente a Wagner. Wagner, Wargon, VolksWagen. Hay un hilo conductor que nos remite a vagón, como los vagones en los que se compusieron los primeros spirituals, lo que terminó derivando en jazz y rithming & blues, cuya influencia se hace sentir en los experimentos sonoros de John Cage, del submarino amarillo y el reggaetone. Ahora, si me permiten, procederé a continuar con mi vida íntima”.

Nos quedamos, intentando descifrar el discurso de Pablo. Grave error. Las escenas de bestialismo que sucedieron nos dejaron un impacto psíquico que nos perseguirá de por vida. Varios de nosotros tenemos actualmente pensamientos suicidas.

 

Claudia Baier Staff Ad Hores Humor a la Wargon

Claudia Baier

Sur y Después

Claudia les había prometido a sus 36 nietos una salida divertida, pero no logró reunir dos tercios de los votos de los presentes. Por eso decidió llevarlos  a la Isla de Pascua. Así que la interceptamos en el baño del avión rodeada de todos los críos.

“Fantástico. La estoy pasando fantástico. Lloro de alegría. Sentate querido. No le toques el culo a la azafata. No me pongas tan contenta. Nenaaa, no saques la mano por la ventanilla. ¿Ven por qué estoy taaan feliz. ¡A la cabina no chicos! Sacate el flotador mi amor, es por si vamos a parar al mar, dejalo porfis. Feliz, lloro de pura felicidad. Soy feliz. ¿Quién hizo caer las mascarillas de oxígeno? QUÉ FELICIDAD SON LOS NIETITOS. ¿Qué me preguntaban? Ah, sí, el primer año de la revista. También me hace muy feliz”.

Eso lo filmamos al salir de Santiago. Luego, hasta la Isla de Pascua, todo el camino lloró. Raro.



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